viernes, 25 de mayo de 2012

Dioscórides Perez: metáfora de la humedad y el aliento.



Nacio en Pereira, Colombia. Dibujante; grabador en madera, piedra y metales; estudios en teatro. Título de Maestro en pintura de la Facultad de Artes de Universidad Nacional de Colombia. Especialización en Grabado, con beca OEA, en el CREAGRAF de la Universidad de Costa Rica. Estudios de postgrado en xilografía y arte tradicional chino, Taichi y Chigong, en el Beijing Fine Art Institute de La Republica Popular China. Profesor de pintura en la Universidad Nacional de Bogotá. Profesor de grabado, dibujo y taller experimental en la misma facultad.






Estudios de teatro y performance con el Taller de Investigación de la Imagen Dramática de la Universidad Nacional de Colombia. Diseñador de vestuario, escenografía e instalaciones. Maestro e instructor de artes de la respiración: taichi y chigong. Creador del método simplificado de taichi: "La golondrina y el cangrejo'. Instructor y practicante del Arte de la Accion -peformance- Body art, happening, del land art.








Veamos lo que dice sobre la caligrafía:  

“Se dice que lo más importante en el arte chino son el pincel y la tinta, y por medio de ellos, como método, el trazo. El que domine los trazos con armonía y proporción en la caligrafía será también un buen pintor, ya que «un carácter es una abstracción pictórica, en tanto que una imagen pictórica se hace con las mismas leyes de un ideograma». Pero es hora de mencionar también el aliento. El control del pincel se logra después de dominar la respiración y equilibrar el qi en el cuerpo. La posición vertical del pincel, uniendo el cielo y la Tierra —tal como la columna vertebral en la práctica del taiji, permite que la energía circule por el cuerpo del artista y se manifiesta a través del brazo, la mano y el pincel, dejando sobre el papel la huella oscura del luminoso aliento. El aliento es espíritu. Una caligrafía sin qi es un grupo de espinas o huesos muertos, una imagen falta de aliento es sólo una oscura mancha…..”   “…….  A pesar de que los caracteres llevan el espíritu y la emoción del calígrafo y los trazos expresan su personalidad, éstos no deben perder las leyes de la simetría, el equilibrio y las proporciones adecuadas que permitan entender su sentido semántico…………”

Fuente. Separata especial de revista Número - REVISTA NUMERO 45




¿Cómo cazar un dragón chino? 

Ármate con un pincel, ojala de pelo de conejo, agua, tinta china y papel de arroz. Debes tener la mano y la muñeca suaves. Coloca todo sobre una superficie horizontal. Relaja el cuerpo, acaricia el papel extendiéndolo con ambas palmas. Humedece el pincel en agua. Concéntrate en el vacío del papel sin quitarle la vista y, cuando sientas venir el dragón (lo sabrás por un ligero temblor en el estómago) moja el pincel en la tinta, inhala profundo y ponle con seguridad el trazo húmedo en las barbas (¡ni lo sueltes ni te detengas!) y, mientras exhalas lentamente, mueve el pincel desde la cabeza hasta el pecho del animal, gira y continúa sobre el contorsionado lomo hasta llegar al final de su ondulante cola serpentina, sitio donde levantarás el pincel, al tiempo que terminas de exhalar, dejando un trazo roto y vacío.  Entonces, el dragón quedará allí, en vuelo detenido, atrapado sobre el papel gracias a tu aliento, la caricia del pincel y su propia sangre negra. Pero, atención, no intentes dibujarle los ojos porque verá el cielo y, rompiendo el papel, desaparecerá. Si tienes tu sello de piedra, estámpalo.

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