domingo, 29 de julio de 2012

Paleografía y caligrafía.


La paleografía, una disciplina con más status que la caligrafía, hoy en día tiene como objeto de estudio el análisis formal, la indexación, la comparación de las características graficas y materiales de los documentos escritos, así como de las maneras de producción de estos, las técnicas y recursos empleados. Esto incluye, los lugares y aspectos culturales que inciden en la producción de estos documentos.

 















El termino de caligrafía como arte de la letra bella proviene del renacimiento y se mantiene hasta hoy, sin embargo dada la diversidad de aspectos que incluye hoy, como el diseño, el expresionismo, la historia de los métodos didácticos, las formas de aprendizaje, podemos definir la caligrafía canónica y la expresiva, como una actividad que se preocupa no tanto de los aspectos motrices implicados en la escritura, ni de los semánticos y/o representativos, sino del trazo, su movimiento y morfología, la expresividad del color, la gramática de la línea, la morfología de las letras y sus transposiciones, el contraste, el ritmo implicado en las intersecciones que surgen entre la escritura, el color y la imagen. 


Estos dos campos de actuación se pueden considerar conforman parte de lo que podríamos denominar una ciencia de la escritura en al cual concurren diversas disciplinas como la neurología, la historia, la antropología. La paleografía en tal sentido ofrece a los calígrafos una serie de recursos históricos importantes; y viceversa, la caligrafía ha ofrecido la paleografía una manera de conocer las formas de elaboración de los alfabetos a partir de la reproducción de los trazos y configuraciones de éstos.





Fuente: Marc Drogín

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